
El Swaminarayan Akshardham es un colosal templo hindú que se ubica en Delhi. Fue construido con mármol y piedra caliza, cubierto de miles de esculturas hermosas. Pero éste no es un templo cualquiera, es un monumento moderno y tiene menos de veinte años. Lo más sorprendente es que podría cambiar el futuro de la arquitectura.
El imponente templo Swaminarayan Akshardham

Swaminarayan Akshardham es una de las visitas obligatorias cuando se realiza turismo en la India, pero muchas personas tienen una idea equivocada de este lugar. La idea sobre su construcción comenzó en 1968, pero no fue hasta comienzos del siglo 21 que finalmente se comenzó su construcción.
Fue erigido bajo una denominación hindú conocida como Bochasanwasi Akshar Purushottam Swaminarayan Sanstha, o BAPS. Finalmente, su construcción finalizó en 2005 y fue abierto al público.
Pero desde que se comenzó a construir, el templo ya incluía muchas notas curiosas. En principio, el capital fue donado por entidades privadas y los trabajos fueron realizados por voluntarios y artesanos locales que se basaron en textos hindúes sobre arte y arquitectura, como los Shilpa y Vastu Shastras. Su estructura está hecha enteramente de piedra. No se usó ni una sola pieza de hierro o acero.
El diseño del templo es sumamente complejo, tomando en cuenta la ciencia arquitectónica, como se estipula en los textos antiguos y gira entorno a nueve secciones llamadas mandir. Estas constan de 235 pilares tallados, nueve cúpulas ornamentadas, 20 chapiteles cuadrangulares y 20,000 estatuas de personajes espirituales del hinduismo. El mandir en general alcanza 43 metros de altura y una extensión es de 96 metros de ancho.
Cabe destacar que cada pilar, techo y cúpula tallada intrínsecamente comparte una historia de devoción, ofrece el darshan de una deidad o capta un suceso de la vida de Bhagwan Swaminarayan.
De igual forma, toda la estructura descansa sobre un pedestal, al cual llaman Gajendra Peeth, decorado con grandes esculturas de elefantes que cuentan historias tradicionales sobre ellos.
Todo lo mencionado transforma a Swaminarayan Akshardham en una maravilla arquitectónica que debería ser única en el mundo ¿Verdad? Pues, no. Su método de construcción, BAPS, tiene décadas construyendo templos hindúes tradicionales iguales de mármol y piedra caliza, sin usar nada de acero y todos diseñados y decorados por artesanos según los textos antiguos. Y se han erigidos en todo el mundo.
Monumentos construidos con BAPS

Secta, movimiento. Es complicado definir qué es exactamente Bochasanwasi Akshar Purushottam Swaminarayan Sanstha, conocido como BAPS por lo extenso y complicado de mencionar. Lo cierto es que se trata de uno de los numerosos grupos religiosos que hacen vida dentro del hinduismo.
Aunque no es el que más adeptos tiene, en las últimas décadas se transformó en una enorme organización transnacional que construye imponentes templos en diferentes países, lo que ayudó a sumar miles de fieles en la diáspora india. Especialmente en Estados Unidos.
Sus templos, se encuentran en Los Ángeles, Houston, Chicago y otras ciudades, pero ninguno se compara como el Swaminarayan Akshardham de Robbisville, Nueva Jersey. Su construcción comenzó en 2010, con más de 1.900 metros cúbicos de mármol de Carrara, esculpidos a mano en Rajasthan, India, y transportados a Estados Unidos.
Se terminó de construir en 2023 y, al igual que se equivalente en Delhi, fue erigido por mano voluntaria de diferentes estratos sociales, adeptos a BAPS.
Otro templo descomunal construido por esta religión, es el Shri Swaminarayan en Toronto, Canadá, finalizado en 2007. El mármol de esta estructura también era esculpido en la India y enviado hasta Toronto, donde se ensamblaba, usando el mismo proceso que se usaba en su país de origen. También construyeron un templo en Londres en 1990.
De todas estas construcciones, la que más tuvo complicaciones fue la que se encuentra en California. Su proceso de planificación fue problemático ya que los códigos y leyes de construcción en la ciudad no permitían construir edificios con los métodos y diseños tradicionales. Sin embargo, consiguieron que la gobernación modificara la ley, lo que hizo posible que se erigiera.
Una construcción tradicional, pero moderna

Este es un proyecto global que podría cambiar por completo las opiniones sobre la arquitectura misma. La mayoría de estos edificios tradicionales son fabricados con ayuda de métodos y máquinas modernas.
Cuando se cuestiona porque ya no se realizan construcciones tradicionales, la respuesta común es que no tenemos los conocimientos para hacerlo, no es práctico o sencillamente es imposible. Pero los templos BAPS contradicen todas esas explicaciones y además, no son los únicos. La Frauenkirche de Dresde, del siglo XVIII, destruida durante la Segunda Guerra Mundial, estuvo en ruinas durante décadas, pero fue reconstruida recientemente.
También se reconstruyó el casco antiguo de Frankfurt, junto con edificios como la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, derribada por Stalin, el Templo del Pabellón Dorado de Kioto, que se incendió en los años 50 y la Lonja de los Paños de Ypres, destruido en la Primera Guerra Mundial.
En cuanto a nuevos proyectos, además de los templos BAPS, hay lugares como la Catedral de San Sava, en Belgrado o la Catedral de la Salvación del Pueblo en Bucarest. En ambos casos, las iglesias ortodoxas se construyeron con la combinación de diseño tradicional con métodos y materiales modernos.
También está el Ox Horn Campus en Dongguan, la nueva sede de I+D construida pro Huawei, donde hacen vida 25.000 trabajadores y es básicamente una pequeña ciudad fantástica, compuesta de más de 100 edificios inspirados o basados en ciudades europeas.
Entonces, la cuestión no es que cada edificio deba tener un diseño tradicional, ni que la arquitectura moderna sea mala. Hay maravillas en ambos mundos y se puede usar ambas cosas, aunque mucha gente diga que no.
Pero lo más extraño, aunque también es lo más alentador, es que a pesar de las dudas sobre el costo y su practicidad, la única condición necesaria para crear estos edificios tradicionales era el simple deseo de hacerlo.
Así lo hizo saber Yogiji Mharaj en los años 60, cuando propuso la construcción de los templos. Creía que la arquitectura tradicional era importante para la fe, la cultura y la comunidad. Una creencia que fue compartida por su sucesor.
Así nació Swaminarayan Akshardham y todos los templos que ahora adornan el mundo, pero que también envían un claro mensaje: es fácil pensar que la arquitectura tradicional es imposible en el siglo XXI, pero estas construcciones nos demuestran que eso solo es una idea impuesta y si nos negamos a creerlo, dejará de ser una verdad.