Si eres de los que no pudo presenciar las recientes auroras boreales, podrías tener otra oportunidad pronto gracias a un fenómeno conocido como el efecto Russell-McPherron. Este fenómeno podría desencadenar espectáculos de auroras más frecuentes e intensos alrededor de los equinoccios de otoño y primavera, específicamente en septiembre y marzo.
¿Qué es el efecto Russell-McPherron?

Tradicionalmente, la temporada de auroras se extiende de fines de agosto a mediados de abril. Sin embargo, existe un aumento notable en la actividad auroral durante los equinoccios de otoño y primavera. Esta observación intrigó a los científicos durante años, hasta que en 1973, los geofísicos Christopher Russell y Robert McPherron propusieron una teoría para explicarlo.
El efecto Russell-McPherron sugiere que durante los equinoccios, la orientación del campo magnético de la Tierra y el del Sol se alinean de una manera específica: ambos campos se encuentran alineados pero apuntan en direcciones opuestas. Esta configuración maximiza el acoplamiento entre el viento solar y el campo magnético terrestre, permitiendo una mayor captación de partículas cargadas provenientes del Sol. Estas partículas son las responsables de desencadenar las auroras.
Así que, durante la mayor parte del año, los campos magnéticos de la Tierra y el Sol están desalineados, lo que limita la interacción directa entre ellos y, por lo tanto, reduce la actividad auroral. Sin embargo, alrededor de los equinoccios, la orientación de los polos de la Tierra es casi perpendicular a la del Sol, lo que facilita una mayor conexión entre el viento solar y el campo magnético terrestre. El Dr. Ciaran Beggan, geofísico del Servicio Geológico Británico, explica que este «acoplamiento» máximo es el responsable del incremento en las tormentas geomagnéticas que dan lugar a las auroras durante estos períodos.
Impacto del ciclo solar en las auroras

Además del efecto Russell-McPherron, la actividad auroral podría verse intensificada este año debido al pico del actual ciclo solar. El ciclo solar, que dura aproximadamente 11 años, alterna entre un mínimo y un máximo de actividad. Actualmente, estamos en un máximo solar, caracterizado por un aumento en las manchas solares, erupciones solares y eyecciones de masa coronal. Estos eventos liberan grandes cantidades de partículas cargadas hacia la Tierra, aumentando la probabilidad de tormentas geomagnéticas intensas y, por ende, auroras visibles en latitudes más bajas.
En mayo de este año, la Tierra experimentó su tormenta geomagnética más fuerte en dos décadas, con auroras que se pudieron ver mucho más al sur de lo habitual. Si durante los próximos equinoccios se presentan grandes manchas solares, es posible que presenciemos espectáculos aún más intensos que los anteriores.
El efecto Russell-McPherron y el actual máximo solar podrían brindar una nueva oportunidad para disfrutar de uno de los fenómenos naturales más impresionantes: las auroras. Si las condiciones son las adecuadas, es probable que en los próximos equinoccios se produzcan auroras visibles en lugares inesperados, proporcionando un espectáculo celestial digno de presenciar.
Así que mantente alerta y preparado para mirar al cielo en septiembre y marzo; podrías estar a punto de vivir una experiencia inolvidable bajo un cielo iluminado por auroras gracias al efecto Russell-McPherron.
Referencia:
- Live Science/A particularly active ‘aurora season’ could be just weeks away. Link.